¿Que son las críticas de cine? ¿Comentarios laudatorios de grandes aficionados redactadas con gotas de lenguage técnico? ¿Opiniones de un espectador experto? ¿Se puede ser espectador experto? ¿Orientaciones de orientadores profesionales?.
¿Porqué una película es buena o mala, porque nos gusta o no?
A todas estas preguntas no puedo responderme con claridad. Lo cierto es que cuando acudo a una sala de cine, enorme templo oscuro de cuentos contados con luces, espero ser entretenido. Por eso y porque no es la primera vez que los gustos de los demás no coinciden con los míos prefiero no guiarme por las críticas de cine.
En una ocasión encontré un término que me sedujo: espectador, y eso quiero seguir siendo. Se que es cierto que lo que forma mis conocimientos y la manera de expresarlos son un filtro ineludible para toda película eme entre por los ojos, pero no puedo dejar de querer dejar el espacio del cine, como el de los libros para ser envuelto en la sorpresa, para ser encantado con la historia que se me cuenta. Necesito seguir siendo un niño que ve películas y lee libros que le llaman la atención. Las dos únicas palabras que podría colocar como respuestas a preguntas que quizá no haya hecho explicitamente son: ESPECTADOR Y ENTRETENIMIENTO.
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